Una boda española, instrucciones de uso (primera parte)

En realidad, salvando pequeñas costumbres locales, las bodas católicas, apostólicas y romanas de cualquier sitio son bastante parecidas. De todas formas seguro que hay más de uno que va un poco perdido, para el resto: que sirva a modo de recordatorio.

A las bodas españolas se llega pronto, si la boda es a las 7, las 6.50 o 6.55 es una buena hora para llegar y sentarse cada uno es su respectivo asientos (es decir, no vale llegar pronto y quedarse fuera, comentando el vestido o tocado de menganita, para eso ya está el aperitivo). Aquí es necesario que haga un pequeño inciso: Amparo y Toni, siento muchísimo que llegáramos tarde a vuestra boda y que mi testigo tuviera que ir solo por el pasillo y Ana... lo de tu boda no fue culpa nuestra, por aquel entonces Luxemburgo era territorio extraño y nos perdimos, pero de todas maneras también lo sentimos. Dicho esto, y comprobando que no hay rencores al respecto, continuamos.

Una vez que todo el mundo esté en sus respectivos asientos entran los testigos, en parejas o solos, seguidos de la madrina y el novio (la madrina es la madre del novio) y finalmente el padrino y la novia (el padrino es el padre de la novia). Y se sientan todos juntos delante. Entre la misa y todos los rituales y cánticos de rigor la ceremonia suele durar una hora y media aproximadamente.

Finalmente se canta el Salve Regina a la Virgen (para quien quiera ir practicando pulsar aquí) y firman los testigos. Salen los novios seguidos de los padres y testigos. Por razones de mantenimiento del jardín no se tirará ni arroz ni pétalos.

En imágenes:

Borja y Gloria esperando a Bea

Teva entrando en el monasterio de La Guadaña

Ana entrando en iglesia luxemburguesa

Una ceremonia

Amparo, Toni y sus testigos

Fin de la ceremonia: Estefanía y Federico saliendo de la iglesia

Mañana (o mejor pasado mañana) el qué pasa después de la ceremonia.