Cuando la mona, además de vestirse de seda, va a la peluquería

Nunca he estado a favor del dicho popular "aunq la mona se vista de seda, mona se queda", y considero que unos buenos zapatos y unos pantalones vaqueros pueden hacer maravillas. Puede ser que por eso, y por mis malísimas experiencias chez le coiffeur, haya limitado siempre mis tratamientos de belleza y peluquería al mínimo más vergonzoso. Mis cortes de pelo: una vez al año y por supuesto en la vida me había hecho un tratamiento de cara y mucho menos ir a que me maquillaran. Así que todo esto ha sido nuevo 100%.

Hace unas semanas fui al Centro Ridaura en Valencia, en primer lugar me dijeron que ya iba con retraso (y yo pensando: "este comentario me suena", porque ya os lo contaré en otro momento pero en la organización de una boda llega un determinado punto en que no sabes muy bien cómo pero todo el mundo pasa de decirte "aun tenemos mucho tiempo para eso" a "ya vamos con retraso"). La historia es que me recetaron un tratamiento detoxicante (que implica beber un litro y medio de agua todos los días, lo cual para mi es una tortura porq nunca, y digo NUNCA, tengo sed), una limpieza de cara y me recomendaron un tratamiento de vitamina C.

Y después de muchísimo retrasarlo hoy hemos ido a la prueba de maquillaje y peluquería.

En la prueba de maquillaje, después de hacerle entender a la señora que mi intención no era parecerme a la novia del cartel de l' Oreal.

En la prueba de peluquería después de que el peluquero me hiciera entender a mí que mi pelo es liso y que por mucho que utilice el secador, volverá a ser liso en dos segundos si no me pone un poco de laca fijadora.